La vida de un vehículo no solo refleja su historia y uso, sino que también tiene un impacto significativo en el mercado de posventa del sector. Datos presentados por Martín Tejero, Key Account Manager de Solera España, durante el Congreso de Faconauto en Madrid revelan una relación directa entre la edad de un vehículo y su contribución al sector de reparación y mantenimiento.
Esta dinámica arroja luces sobre la necesidad de adaptación y evolución de los actores en la industria del sector del motor para mantener su relevancia y rentabilidad en un mercado en constante cambio.
Hoy en este artículo, desde TallerGP desglosaremos estas cifras y analizaremos el impacto de esta antigüedad en el sector.
El declive de la posventa con la edad del vehículo
Es innegable que la edad de un vehículo afecta directamente a los ingresos generados por los talleres de posventa. Un automóvil con más de 15 años representa un desafío para estos establecimientos, ya que genera un 70% menos de ingresos por reparación y mantenimiento en comparación con uno recién salido del concesionario.
Este hecho resulta aún más preocupante al considerar que el 17% de los automóviles del panorama nacional supera los 24 años, lo que indica una creciente proporción de vehículos que podrían requerir más atención y mantenimiento.
Reparaciones posventa más comunes en vehículos antiguos
Los vehículos con una mayor antigüedad tienden a requerir una atención más exhaustiva por parte de los talleres de posventa. Algunas de las reparaciones más comunes en estos automóviles incluyen:
- Mantenimiento del motor: con el paso del tiempo, los componentes del motor tienden a desgastarse, lo que puede provocar fugas de aceite, fallos en las juntas y problemas de compresión. Los servicios de cambio de aceite, filtros y bujías son esenciales para garantizar el rendimiento óptimo del motor en vehículos más antiguos.
- Sistema de frenos: los sistemas de frenos son críticos para la seguridad del vehículo. Con el tiempo, las pastillas de freno se desgastan y los discos pueden sufrir deformaciones. Los vehículos más antiguos pueden requerir reemplazos frecuentes de pastillas y discos, así como la purga y el cambio del líquido de frenos para mantener un frenado efectivo.
- Suspensión y dirección: los componentes de la suspensión y la dirección también experimentan desgaste con el tiempo, lo que puede provocar problemas de manejo, vibraciones y ruidos extraños. La sustitución de amortiguadores, bujes, rótulas y elementos de la dirección es común en vehículos con más de 15 años de antigüedad.
- Sistema eléctrico: los vehículos más antiguos pueden experimentar problemas eléctricos debido a la corrosión de los cables, fallos en los sensores y problemas con la batería. Los talleres de posventa deben realizar diagnósticos precisos y reparaciones adecuadas en sistemas como el sistema de iluminación, el sistema de encendido y el sistema de carga para garantizar un funcionamiento eléctrico óptimo.
- Sistema de refrigeración: el sistema de refrigeración es fundamental para evitar el sobrecalentamiento del motor. Los vehículos antiguos pueden experimentar fugas en el radiador, fallos en el termostato y deterioro de las mangueras de refrigeración. Los servicios de mantenimiento, como la sustitución del líquido refrigerante y la reparación de fugas, son esenciales para prevenir problemas en el sistema de refrigeración.
El diferencial entre vehículos de combustión y eléctricos
Otro aspecto destacado es la diferencia en la factura media por reparación entre los vehículos de combustión y los eléctricos. Los datos de Solera revelan que un vehículo de combustión factura, en promedio, 513 euros al año por reparaciones de mecánica, mientras que un vehículo eléctrico alcanza solo los 368 euros en el mismo período.
Esta disparidad refleja tanto las características inherentes de cada tipo de vehículo como las tendencias del mercado hacia la electrificación.
El desafío de la transición hacia los coches eléctricos
Si bien la transición hacia los coches eléctricos del sector es un objetivo gubernamental y una tendencia global, su impacto en el mercado de posventa plantea desafíos significativos. Con menos piezas mecánicas y, por lo tanto, menos necesidad de reparaciones tradicionales, los vehículos eléctricos representan un cambio en el panorama de la posventa.
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Sin embargo, alcanzar los objetivos de ventas de vehículos eléctricos sigue siendo un desafío, con proyecciones que sugieren que no se cumplirán en el plazo previsto.
Oportunidades y desafíos para la posventa del sector del motor
A pesar de los desafíos planteados por la evolución del panorama actual del sector, el mercado de posventa presenta oportunidades de crecimiento.
El aumento en la facturación total del sector, que alcanzó los 14.100 millones de euros en 2033, refleja un crecimiento constante impulsado por la inflación y la evolución del precio del recambio.
Además, la introducción de alternativas como los recambios ecológicos, esas piezas recicladas provenientes de desguaces presentan un potencial adicional de negocio que puede complementar las operaciones tradicionales de los talleres.
Sin embargo, el mercado de posventa automotriz no está exento de desafíos regulatorios y medioambientales. Restricciones a la circulación de vehículos más antiguos y menos eficientes, así como posibles impuestos adicionales para vehículos pesados como los SUV, plantean obstáculos adicionales para tanto los usuarios como los talleres.
La necesidad de adaptarse a estos cambios y ofrecer soluciones sostenibles se vuelve cada vez más urgente en un entorno donde la conciencia ambiental y la regulación son factores clave.
En definitiva, la antigüedad de un vehículo ejerce una influencia significativa en el mercado de posventa del sector del motor, afectando tanto los ingresos de los talleres como las tendencias de consumo. Adaptarse a estos cambios, aprovechar las oportunidades emergentes y abordar los desafíos regulatorios son elementos clave para mantener la relevancia y la rentabilidad en un mercado en constante evolución.
